emprendedorasEs bien conocido que en el ámbito de la ciencia y la tecnología persisten importantes diferencias entre las mujeres y los varones. Aunque ellas son mayoría en el alumnado universitario, y finalizan con mejores expedientes académicos que sus compañeros, en ciertas áreas su presencia sigue siendo muy baja. En las ingenierías y algunas ciencias experimentales apenas llegan al 30%. Y en los niveles más altos de la carrera científica los datos siguen estancados.

Si miramos  cifras de emprendizaje, la situación no es mucho mejor; los hombres emprenden el doble que las mujeres. Según el informe GEM 2010, en España el empresariado femenino supone un 36,5% del total.

En este contexto, las emprendedoras tecnológicas son un “rara avis”.  El último informe de la Comisión Europa dice que representan entre un 5 y un 15% del total de los negocios tecnológicos, según de que estado miembro se trate.

La cuestión es si nos conformarnos con que el lento avance de la transformación social modifique esta situación o si, por contra, queremos hacer algo para empujar estas cifras. Y si tomamos este camino, ¿por dónde avanzar?

Algunas experiencias están dando buenos resultados.

En el proyecto piloto Athena hemos trabajado con emprendedoras de diversos sectores, con una metodología combinada de identificación del propio talento y  un proceso de mentoring involucrando empresariado senior.

Esta combinación de autoconocimiento, empoderamiento y networking parece hacer frente directamente a las barreras endógenas más comunes que caracterizan el emprendizaje femenino: bajo nivel de autoconfianza y asertividad, falta de redes de contactos y falta de referentes.

Proyectos como este sirven, al mismo tiempo, para concienciar tanto a las instituciones como a la sociedad de la problemática que enfrentan estas mujeres.

Athena ha servido de campo de experimentación. Nuestro interés es llevar la experiencia a un terreno en el que la mujer se mueve aún con más dificultad: el sector tecnológico.

Algunas de sus características como el mayor nivel de riesgo que conlleva emprender en este sector y la elevada dedicación que exige se postulan a priori como elementos disuasorios para el emprendizaje femenino.

Esta situación no puede continuar si queremos apostar por un sector que muchos perciben como clave en la construcción de un nuevo futuro.

Nos queda un camino largo para alcanzar una presencia igualitaria de hombres y mujeres en este ámbito, pero hay estrategias que pueden permitir tomar atajos.

No se trata solo de una cuestión de justicia social, es que nuestra sociedad, en estos momentos no se puede permitir el lujo de perder talento, y las mujeres son poseedoras del 50%.

Como manifestó Rosa Garcia, presidenta de Siemens en España “Necesitamos picar la curiosidad de las mujeres, que conozcan este mundo tecnológico, que nos conozcan a nosotras. Nuestra obligación es darnos a conocer y tirar del carro”

Mª José Gimena, Carmen Garrido y Antonio Ángel Pérez Ballester

(Post que ha sido publicado en Ellas2.0)