Imagen vía El País

Día 24 del periodo forzoso de reflexión, incertidumbre y aprendizaje (si
queremos).

Todos conocemos a alguna persona que pasó por una situación límite
que le afectó profundamente y le hizo parar. Dejó de vivir
apresuradamente, de esforzarse por tener, de competir, de vivir hacia
fuera, y de identificarse con determinados valores; y sobre todo, miró
dentro de sí misma y se preguntó muchas cosas.

Y comenzó a VIVIR conscientemente, apreciando lo que había tenido
siempre a su alcance, que no costaba dinero ni esfuerzo, y que resultó
autentico, revelador y gratificante. Sabes muy bien de que te hablo
¿verdad?

Seguro que nosotros en algún momento envidiamos la transformación
de esas personas y pensamos que si nos pasara algo parecido,
tendríamos también una oportunidad para ser felices y decidir con
libertad quien queremos SER y con quien queremos estar.

Pues fíjate que el Universo ha escuchado nuestro deseo y sin dolor (en
la mayoría de los casos), nos brinda esta oportunidad: parón,
tranquilidad, descanso forzoso, sin consumir ni gastar y tiempo para
preguntarnos muchas cosas.

Te reto a que te hagas algunas relacionadas contigo y con tu trabajo:

 ¿Qué me hace levantarme cada mañana?
 ¿Tengo un propósito en mi vida?
 ¿Puedo llevarlo al trabajo?
 En mi empresa, ¿puedo permitirme ser yo mismo?
 ¿Puedo tomar decisiones?

 ¿Siento que confían en mí?
 ¿Puedo aplicar mis talentos en la actividad que desempeño?
 ¿A que he renunciado para estar dónde estoy?
 ¿Qué me estoy perdiendo por dedicar gran parte de mi vida a este
trabajo?
 ¿Cuál es la contribución a mi organización?
 ¿Qué impacto tendrá en mi vida y en la de los demás?

Si todas las respuestas anteriores no me satisfacen ¿Qué coste tendrá para mí,
y para las personas que me importan?

Pero si todavía no tienes la respuesta y trabajas desde casa, estas otras
preguntas pueden ayudarte:

 ¿Cómo se está relacionado tu empresa contigo?
 ¿Os animan a trabajar en red, a compartir y ayudaros?

 ¿Aprovecháis para abordar esos proyectos que siempre esperaban el
momento de tranquilidad, y motivaros con nuevas actividades que os
aporten y contribuyan a los resultados?
 ¿Realizáis reuniones on line, para saber de cada uno, y vuestro jefe os
informa de cómo están las cosas por “allá arriba”?
 ¿Os dan Feedback de vuestro trabajo en este nuevo escenario y
comentáis las posibilidades de continuar con mayor o menor intensidad
a la vuelta?
 ¿Os piden opinión sobre cómo actuar si la situación se prolonga mucho
más?
 Situación emocional. ¿Cómo se están relacionando vuestras jefas con
sus emociones? ¿Saben regularlas? ¿Te transmiten calma, seguridad,
respeto, escucha sincera e interés autentico?
 ¿Te agrada que te llamen? ¿Los necesitas?
 ¿Están a la altura de las circunstancias? ¿Están sabiendo dirigir y tomar
las decisiones más o menos adecuadas a pesar de lo desconocido de
esta situación?
 ¿Tu jefe, sabe de tu situación personal? (pareja, hijos, padres en casa,
movilidad, situación económica…) ¿se interesa, te pregunta?
 ¿Han hecho algo por ti que no responda rigurosamente a obligaciones
legales?
 ¿Qué sientes en este momento hacia las personas que representan a tu
empresa?
 ¿Crees que seguirán contando contigo?
 ¿Y tú con ellas?
 ¿Te alegrarás de verlas cuando te incorpores?

Estas preguntas son válidas trabajemos o no en este momento y en qué forma,
y también en cualquier etapa de nuestra vida, pero en esta situación que
estamos viviendo tan irreal e inexperimentada como la llama Emilio Lledó, diría
que es una obligación ética e inaplazable con nuestro Ser y nuestro destino,
pues nuestra felicidad está en juego.

Aprovechemos y seamos valientes en contestar.