Propiciando micro revoluciones desde un liderazgo emergente

Si en la anterior entrada hablábamos de cómo trasformar la organización
contando con el impulso -o al menos aprobación- de las personas que detentan
el poder y nos apoyábamos en el maestro Kotter, ahora voy a inspirarme en las
enseñanzas (sin que él lo pretenda) de Félix Castillo, más cercano y querido
para mí.
Lo primero que tenemos que recordar es que las organizaciones no existen
salvo desde el punto de vista jurídico, financiero o mercantil. Y cuando se
mencionan (“dentro de la pirámide”), se trata de un recurso para eludir
responsabilidades y esconderse detrás del nihilismo que quieren representar: la
empresa ha decidido, la empresa entiende que no estás alineado, la empresa
necesita sacrificios…se trata de apelaciones a un ente superior, como si se
tratara de un cierto dios (o diosa), que habla por boca de sus sacerdotes.
Las organizaciones no existen, existen las personas que la componen. Todo lo
organizacional es personal.
Precisamente cuando descubrimos que esto es así (aunque siempre existen
excepciones), a muchos nos ha ocurrido que nos hemos empeñado en querer
cambiarlas, luchando contra aquellos que entendíamos deshumanizaban algo
ya deshumanizado por sí mismo, o bien, increpábamos, nos quejábamos y
despotricábamos contra los de arriba, sin darnos cuenta que, en el primer caso
nos jubilaríamos antes de conseguirlo, y en el segundo, que esa rabia,
indignación y queja, acabaría por contagiarnos, acabando con lo mejor que
somos y tenemos.
¿Qué podemos hacer?
Primero ocuparme de mí, buscar mi identidad, mi autenticidad, haciéndome las
grandes preguntas que describíamos en la segunda entrada de este bloque, si
las respuestas son positivas, entiendo que me compensa quedarme. Dejo de
mirar arriba esperando que desde allí arranque la transformación y me pongo
en marcha sin pedir permiso, pero sin retar, y desde luego sin realizar llamadas
al cambio, ni a una supuesta movilización. Traigo mi ser al trabajo pues trabajo
para mí, para sentirme bien, y darle un propósito.
Esta aceptación supone que me desvinculo, que pierdo –si existía- un cierto
vínculo emocional, el famoso compromiso. Yo esperaba, creía, confiaba…y
descubro que ella (la empresa), no sentía lo mismo por mí. Mantengamos la
lealtad, pero sin enamoramiento no fidelidad. No espero nada, y por supuesto
no voy a permitir que me afecte. Ella es coherentes, actúa como piensa. Si es
necesario hagamos el duelo, pero vivamos nuestra vida.

Y estando bien conmigo y con mi propósito claro, actúo, y desde mi
autenticidad me relaciono de manera diferente con las personas de mi circulo,
aprendo a conocerlas, creando relaciones nutricias, sanas y cercanas. Vivo la
organización a través de mi grupo, potenciando el reconocimiento y el aprecio
mutuo. No persigo nada más, no quiero hacer una revolución, se trata más bien
de micro revoluciones, de transformaciones silenciosas –clandestinas- las
llama Félix Castillo.
Me ocupo de mirar de forma diferente los rasgos culturales que se alojan en mi
organización, tácitos o formales, y al cambiar mi forma de mirarlos, cambio mi
actitud, entra en juego mi autenticidad, y sin tener que confrontar ni
desobedecer, actúo de acuerdo a mi identidad, estimulando la confianza y la
cooperación.
Cuando me centro en lo que me corresponde y aplico mi propósito, me olvido
de mis jefes, de lo que pasa arriba, de sus luchas o de su ineptitud. Estoy
creando NODOS, donde concurrimos personas que conectamos porque
compartimos valores, nos apreciamos y nos reconocemos.
Estos nodos pueden dar lugar a otros, y crear redes informales, donde los
promotores son personas que practican un liderazgo emergente, que no está
sujeto a una posición jerárquica, son personas que inspiran con su actitud y su
comportamiento y mueven a otras -sin perseguirlo- a que creen su propio nodo.
Yves Morieux expone seis reglas para simplificar el trabajo que para mí, son
aplicables en estas microrevoluciones y que he podido apreciar en algunas de
las organizaciones en las que estamos aplicando estos procesos de
Transformación Cultural:

1. Se ocupan de entender lo que hacen los otros, ¿Cuál es su
verdadero trabajo? Ir más allá de la superficie. Si diseño y fabrico un
coche, tener en cuenta al mecánico que luego lo arreglará, facilitando
desde el inicio, su trabajo.
2. Necesito reforzar a los integradores para que insten a cooperar, y crear
NODOS. ¿Cómo? Quitando capas, reglas, controles, obstáculos. Los
NODOS son integradores.
3. Aumentar la cantidad de poder a los empleados, a los NODOS, para
que utilicen su juicio, su inteligencia, su sentido común. Así se
comprometerán, porque considerarán que se cuenta con ellos. Dotarles
de autonomía. Incrementar la variedad y cantidad total de poder;
distribuirlo. Generar comportamiento que da a la gente la oportunidad de
liderar algo.
4. Entender el “circulo completo” en cualquier proceso de producción o
relacional de servicios. Las consecuencias de tu trabajo van a recaer
sobre ti…tú eres el responsable de los “daños”, si antes no has contemplado todo; si no has entendido el trabajo y cometido de cada
persona involucrada.
5. Incrementar la reciprocidad. Si yo te cojo por la nariz y tú a mí por la
oreja y queremos colaborar, será muy difícil que nos hagamos daño.
Nos necesitamos uno a uno. Los conflictos son necesarios, son buenos,
no demonizarlos; son fuente de inspiración.
6. Recompensar a quien coopera y penalizar a quien no lo hace.
Castigar no la equivocación o el error, sino por no dar o no pedir ayuda.
Este es el camino, o un camino, donde el ser humano puede encontrar su lugar
y encontrar sentido a lo que hace.
Tenía claro que la gestión del cambio nada tenía que ver con transformar una
organización, pero no sabía explicarlo y menos aún, acompañar a una empresa
en ese camino. Estas cuatro entregas me han ayudado a responder a mis
interrogantes, poner en orden mis ideas y contar como lo estamos haciendo ya,
en algunas empresas.
Se trata en definitiva, de Reinventar las organizaciones, como lo denomina
Frederic Laloux en su magnífico libro, donde expone los resultados de su
investigación en diez empresas de sectores diferentes y situadas en cuatro
continentes. Si quieres curiosear Julen Iturbe ha escrito varios post que te
pueden proporcionar una visión muy acertada y spoilearte a la lectura del libro.