El pasado viernes quedamos para desayunar en una conocida cafetería murciana las emprendedoras participantes en el Proyecto Athena y yo misma.

En mi experiencia con programas de cierta duración, pocas veces tengo ocasión de comprobar en que quedan los logros alcanzados durante estos programas cuando pasa cierto tiempo y cada participante retorna a sus obligaciones y entorno particular.

Con Athena en cambio, los lazos generados, así como las herramientas de comunicación creadas a través de la red, mantienen vivos los intercambios. Estos no se reducen, como en un principio algunos pensarían, a situaciones y noticias personales, sino que fomentan el intercambio de experiencias y colaboraciones profesionales, así como la generación de nuevas ideas, la orientación en temas técnicos y la puesta en marcha de proyectos conjuntos.

Otro factor que a mi entender es clave y que se ve favorecido, es el apoyo emocional, que continúa el proceso de empoderamiento iniciado durante el programa y que disminuye, estoy segura, a medio plazo la tasa de abandonos.

No quiero tampoco dejar de comentar un aspecto que me llamó poderosamente la atención. En ese desayuno se encontraban algunas de las empresas que mejor se están desarrollando en la región (Mitbaby, Monbabel, El Castillo del Ratoncito Pérez, Psicología ABB, MFlower…) incluyendo a Integra, que recibió el día antes la mención a mejor emprendedora en los premios que otorga OMEP. Pues tengo que decir, que el perfil de estas mujeres, es bien distinto al que se veía hasta hace unos años, en los que si la mujer quería triunfar en el mundo de la empresa, debía adoptar roles típicamente masculinos.

Estas emprendedoras, son femeninas sin dejar de ser firmes, priorizan aspectos personales y familiares, sin que su implicación se resienta, expresan con libertad sus emociones, sin parecer poco profesionales, son creativas y a la vez prácticas… Me gustaría pensar que algo está cambiando en el perfil del “empresari@ de éxito” (y ya no hablo de géneros, sino de personas).

Solo me resta decir, como expresó Silvia Mourelle de Mitbaby, “ánimo, el futuro es vuestro”