Por cuarta vez vuelvo a Guatemala, y de nuevo de la mano de Panamerican Business School y de Enae de España, como profesor en el máster de liderazgo y coaching.

Mi curso, Re-Descubrir tus talentos; y una vez más, los participantes (treinta), realizaron una inmersión profunda en su interior, caminando por las diversas etapas de la metodología. Un trabajo riguroso, diría que entusiasta con una honrada actitud de apertura interior, sin prejuicios y abiertos a los descubrimientos.

Una vez más constato la diferencia de actitud entre participantes de España y del mundo hispano, comparando “alumnos” de másteres similares, aunque las diferencias no existen cuando hablamos de participantes en talleres de Talento en ambas orillas del Atlántico.

Acá la actitud es de sumar un titulo más, un engrosar el expediente y mostrarlo con la esperanza de encontrar un trabajo, asistiendo en la mayoría de los casos a las clases como una cierta obligación. Pocas veces con el afán de saber, de compartir, debatir, aprender y sobre todo, disfrutar.

Como venimos haciendo cada vez más, empleamos muchos ratos en meditar en silencio con técnicas de técnicas de atención consciente; ejercicios de respiración y de estiramientos como los que aparecen en la foto. Con naturalidad y sin complejos, para recordarnos continuamente la importancia de la atención al presente, a nuestro cuerpo, mente y sentimientos.

Ausencia de competitividad, apoyo mutuo y conexión emocional por parte de personas con una franja de edad diversa (de 23 a 62 años); muchas ocupando puestos de responsabilidad en empresas guatemaltecas nacionales y transnacionales, y otras ejerciendo profesiones liberales. Y casi todas con un denominador común; una proyección social, una ocupación (que no pre-ocupación) por los menos desfavorecidos, realizando acciones bien individuales y/o a través de sus propias empresas en materia de Responsabilidad Social, a través de organizaciones laicas o religiosas.

Y tuve la fortuna que se produjera una situación que todo facilitador busca; desaparecer tú y que emerjan ellos. Desde el tercer día, el grupo caminó solo, tomó la iniciativa, limitándome por mi parte a que la estructura básica siguiera su camino, y las etapas se fueran sucediendo. Momento mágico; compartir Entre maestros como le gusta definir a Carlos González,  las relaciones entre “maestro y alumnos”.

Gracias a todos y a todas. Seguimos nuestro camino, pero cada vez estamos mejor acompañados.

Estar abiertos a los encuentros.

Las personas son las que te salvan, te acompañan y te regalan quien eres (María López Rodrigo)

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El grupo al completo

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